QUEMAR LOS DÍAS
Amigos inútiles
Hay quien concibe la amistad como un mercado de divisas. Pobres diablos
Bicheando el otro día con el móvil a la hora del desayuno, entre la ciénaga de contenidos clickbaits, me topé con un vídeo que llamó mi atención. Era una charla de un tal Arthur Brooks, catedrático de Harvard, en formato TED talks, ante una distendida ... concurrencia en lo que parecía ser un bar. Las charlas TED son para la oratoria lo que las criptomonedas a la economía: blufs con apariencia seria y molona, aguas propicias para el chapoteo de advenedizos y charlatanes. En esos formatos, la gente suele decir muchas tonterías en muy pocos minutos, pero lo que decía el tal Brooks me pareció interesante. Cómo no, la charla del catedrático iba sobre la búsqueda de la felicidad, el gran mantra del coaching, pero él ponía el acento en la importancia de contar con buenos amigos para ser feliz. Lo original y valioso de su discurso es lo que él considera precisamente buenos amigos: los amigos inútiles. «La cosa más bonita que puedes decirle a un amigo —bromeaba el tal Brooks— es: tú eres inútil para mí». Me pareció una reflexión muy lúcida, con la que coincido. Porque, pensando en ello, llegué a la conclusión de que hay una única cosa que iguala a mis mejores amigos, por otro lado tan diferentes entre sí: de ninguno de ellos extraigo un provecho material.
Hay gente con mucha facilidad para usar el término amigo al referirse a gente conocida. Suelen ser personas poco fiables, porque la verdadera amistad es tan cara que no hay quien pueda comprarla, y no es digno de confianza quien demuestra tanta facilidad para regalarla. Me considero una persona más o menos sociable, con cierto don de gentes según el día, pero amigos de verdad, para ser honestos, no tengo demasiados. Y en ninguno de los casos son amigos de los que haya obtenido más beneficio que disfrutar de su amistad. Pero la amistad nunca es una mercancía: no se compra ni se vende, no se trueca y no depende de ningún equilibrio en la balanza de favores.
Hay, en cambio, quien concibe la amistad como un mercado de divisas. Vales tanto como el provecho que puedo sacar de ti. Amistades que no valdrían nada sin la conveniencia y el interés personal. Amigos que cotizan al alza o a la baja en función de valores que nunca tienen que ver con el cariño, la comprensión o la indulgencia sino con el dinero, la popularidad o la influencia. En realidad, son pobres diablos: están tan enredados en sus cálculos y cambalaches que se les va la vida sin ser conscientes de que lo mejor que esta te regala son los milagros inútiles. El más valioso de ellos, después del amor, es la amistad.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete